Kyoto #GeishaTown
Kyoto fue la capital de Japón durante muchos años, y aunque
no está tan desarrollada como Tokyo (que btw los nombres son anagramas), dicen que si vienes a Japón y no visitas Kyoto, no
conociste nada, porque esta pequeña ciudad esconde muchas de las principales
atracciones de Japón.
Llegamos por la noche, a un moderno hotel autónomo, tú hacías el check-in
y digamos que no había literal nadie en el hotel, por mucho fue el mejor lugar
en el que nos hospedamos, el hotel de ubicaba en el corazón de Gion, barrio
mundialmente famoso por tener más okiyas por kilómetro cuadrado que Mc Donalds
en Los Ángeles.
Nuestra primera parada fue Fushimi Inari, un tembló en lo profundo de la
montaña y poseedor del título de la atracción más visitada de Japón, lo que es
famoso en sí no es el templo son los mil arcos, llamados Torii de madera rojos que rodean el
templo y la montaña completa, ya que estos suben en un paseo surrealista, entre
bambúes, un río, un lago, e incluso cementerios; si llegan a visitarlo tómense
su tiempo ya que vale la pena subir casi toda la montaña, y como hay miles de
turistas es casi imposible tomar una foto solo, pero
mientras más suben, tendrán Inari para ustedes solos.
Lo único malo de Kyoto a mi parecer es que es muy extensa y no hay muchas líneas del metro, pero la red de autobuses, tranvía y trenes es muy eficiente y es muy fácil moverse por la ciudad, y si toman en cuenta que Kyoto tiene más de 500 templos, sabrán que podrán encontrarse uno en cualquier esquina.; Caminando llegamos a Sanjusangeido, un templo budista con 1000 estatuas de Buda de madera cubiertas de oro y una más de 5 metros, para entrar hay que quitarse los zapatos y las fotos están prohibidas pero pues yo soy un maleante y tomar fotos discretamente es una de mis habilidades natas.

Para terminar el día fuimos a cenar a Pontocho, un conjunto de callejones con
decenas de restaurantes en Gion. Desde que leí "memorias de una
geisha" me intrigó mucho todo lo relacionado con su forma de vida, dicen
que es medio difícil ver una si (si no tienes el dinero para contratarla como
yo) así que si eres pobre lo mejor es ser paparazzi en las calles de Gion y
tener la mejor suerte del mundo, la mejor hora es entre las 7:45 y las 9 p.m. que es
cuando salen a chambear, lo más fácil es caminar entre las calles, y si ven un
taxi esperando, de ahí saldrá una Geisha, en menos de 5 minutos nos topamos de
frente con 2 y OMG creo que si un día me encuentro a Madonna de frente me
impactaré menos, son muñecas de porcelana, el Kimono, su cabello, el maquillaje
está perfectamente cuidado, no me imagino el tiempo que pasan arreglándose.
Tengo que admitir que a estas alturas del viaje ya veía todos
los templos iguales, no me lo tomen a mal, pero todos son muy parecidos, y muchos
usan los mismos colores; al siguiente día y para variarle un poco fuimos a
Arashiyama a las afueras de Kyoto, igual el nombre no les suena, pero es uno de
los bosques de bamboo, más grandes de Kyoto, aquí si era un completo turista, digo, si he
visto árboles de bambú, pero no de ese tamaño, ni de esa altura, la parte
civilizada del bosque no es muy grande, pero el bosque se extiende por toda la
montaña, en la cima de la montaña hay una casa de té construida por
equivalente de Pedro Infante pero Japonés, hasta ahí todo wow y cuando creíamos
que el paisaje no se podía mejorar, PUM, comenzó a nevar, aunque me hubiera
gustado ver un tormentón de nervios, los copos de nieve que caían en el bosque
fueros suficientes para hacer del paisaje inolvidable.
De ahí nos dirigimos al Golden Pavilion, contruído por ahí
de 1300 diseñado como villa de descanso, actualmente es un templo, está completamente recubierto de hojas de
oro y rodeado de un magnífico jardín japonés, creo que es uno de los
palacios más hermosos de Japón;. Casi todos los templos están hechos de madera y
todo mal porque varios templos se han quemado varias veces y este no es la
excepción, la última restauración fue por ahí de 1950, ahí de nuevo se soltó la
nieve, y yo la verdad quería llorar de la emoción y del paisaje tan surreal, o
sea imaginen que están parados enfrente de una casa de oro, reflejada en un
lago y de repente nieve, creo que este pasa a ser uno de mis momentos
preferidos del viaje.
Aunque tiene metro y todo, para mi Kyoto es más como un pueblito, no hay edificios altos, ni millones de luces neón, es el destino más costoso que visitamos y esto obviamente tiene que ver con la enorme cantidad de turistas que lo visitan, aquí te cobran en todos lados para entrar, bueno casi en todos, como Kyoto fue la capital de Japón por varios años, obviamente el emperador tenía un palacio de nervios, este sí está abierto al público y además es GRATIS y con este despedimos la ciudad/pueblo; no estoy diciendo que no me gustó Kyoto, pero la verdad después del impacto de Tokyo, es como ir de la Ciudad De México a Guadalajara.
PS: Les dejo los snaps que grabé :)
@AguaParaNescafe.